La negligencia per se es una doctrina de la ley que establece que un acto se considera negligente porque viola un estatuto o reglamento. Para probar la negligencia per se, se requiere que el demandante demuestre que el demandado actuó en violación del estatuto; el estatuto exige una sanción penal, como una multa o tiempo en la cárcel; la mala conducta provocó el tipo de daño que el estatuto estaba diseñado para prevenir; y el demandante estaba incluido en la clase de personas protegidas por el estatuto.

Entre los ejemplos típicos de violación de las leyes que podrían resultar en un reclamo por negligencia per se se encuentran los límites de contenido de alcohol en la sangre para los automovilistas, los límites de velocidad y los códigos de construcción. En un caso en el que se alegue negligencia per se, se eliminan los elementos de "deber" e "incumplimiento" de la demanda por negligencia. Por lo tanto, no es necesario probar cómo la conducta del demandado fue imprudente al presentar una demanda por negligencia per se.

En un caso de lesiones personales que surja de un accidente automovilístico, uno no tiene que probar que el otro automovilista incumplió el deber de cuidado.

En los casos que involucren accidentes automovilísticos, la negligencia per se se aplicaría a infracciones tales como conducir en estado de ebriedad, exceso de velocidad, conducción imprudente o pasarse una señal de alto o un semáforo. Si uno sufre una lesión porque otra persona ha infringido la ley, entonces podría tener un caso válido de negligencia per se.